El seguimiento del impacto de la actividad de Petronor en el
entorno se basa en los datos recogidos por las cabinas. Cada 3 meses la empresa
debería presentar un informe que, partiendo de las actividades que desarrolla
Petronor y contrastando las mismas con los datos de las cabinas, permitiera
establecer una posible relación de causa-efecto. A día de hoy, pese a haberlo
solicitado varias veces, directamente a la Viceconsejería de MA y a través del
Ayto, nunca nos lo han facilitado.
Es importante este estudio porque podría identificar las
fuentes o actividades con mayor impacto en el entorno, actuar preventivamente y
mitigar el efecto sobre la población.
Hay 3 cabinas vinculadas a la actividad de Petronor, las dos
de Muskiz y la de Abanto.
Las cabinas no realizan los controles adecuadamente. A día
de hoy, la cabina de Muskiz no cuenta con todos los medidores establecidos en
la AAI ya que no mide PM2,5 ni CO. Los fallos en los controles son habituales.
Los controles son insuficientes ya que no controlan más que una pequeña parte
de lo que emite Petronor. Como ejemplo, de los Compuestos Orgánicos Volátiles
(COVs) el estudio de la UPV mide 36 diferentes y de esos, las cabinas sólo
miden 3 (benceno, tolueno y xileno) y no todas las cabinas, sólo la de San
Julián y Abanto porque la de Muskiz no mide BTX. Otro ejemplo sería el SH2,
sólo lo miden las dos de Muskiz ya que la de Abanto no dispone de ese medidor.
Existen metales pesados catalogados como carcinógenos, como
es el caso del cromo, arsénico, cadmio que van en las partículas, es decir, que
si las partículas están presentes en nuestro ambiente de forma constante estos
metales también y sin embargo no se miden en ninguna cabina. El control al que
están sometidos depende enteramente de Petronor ya que la empresa, cada dos
años, realiza controles puntuales cuyo resultado remite a la Viceconsejería de
MA y ésta se limita a dar el visto bueno a lo presentado por Petronor.
Todos los controles a los que debe estar sometida Petronor
dependen directa o indirectamente de la empresa. Los controles en continuo los
realiza la propia empresa y los controles periódicos los realizan empresas de
control ambiental, OCAs, que la empresa contrata y paga. Los controles que debe
realizar se refieren a temas de emisiones, inmisiones, suelo, vertido a aguas
subterráneas, río o mar, ruido y gestión de residuos.
La empresa debe remitir anualmente a la Viceconsejería de MA
la información relativa a esos controles antes de abril del año siguiente.
Todos esos controles componen lo que se denomina Programa de Vigilancia
Ambiental (PVA) cuyos resultados deben ser públicos tal y como indica el
Ararteko pero que, a día de hoy, nadie nos los ha facilitado.
Hay evidencia científica más que suficiente para decir, sin
ninguna duda, que junto a una refinería el aire no puede ser “ bueno”, como se
ha publicado desde las diferentes administraciones públicas. Otra cuestión es
el grado de control de las emisiones y los límites establecidos, que
generalmente se colocan en común acuerdo con las propias empresas
contaminantes, según lo que ellas pueden aceptar , según lo que llaman “ las
mejores técnicas disponibles o MTD”… Pero sabemos que en el caso de las
petroquímicas los límites no se han actualizado desde el 2006 porque no les
interesa ya que implicaría tener que mejorar sensiblemente sus instalaciones y
aumentar los costes de producción y
disminuir los márgenes de beneficio.