EA ha roto el acuerdo de gobierno que mantenía con el PNV. Este acuerdo
ha permitido al alcalde gobernar con tranquilidad ya que disponía de una
mayoría de siete votos, cinco de su propio partido y dos de EA, frente a los seis
de la oposición.
El grupo político Eusko Alkartasuna, de momento, ha desaparecido de la
corporación de Muskiz. Miriam ha presentado la dimisión y Gonzalo se ha dado de
baja en este partido.
Gonzalo, en un ejercicio de lo que se conoce como transfuguismo político,
ha decido seguir con su acta de concejal, convirtiéndose en “concejal no
adscrito”. Ha anunciado que tras el verano también dejará el ayuntamiento.
Esta nueva configuración de mayorías y minorías en el seno de la
corporación municipal parece que obligaría al alcalde a introducir en sus
hábitos algo que hasta ahora no ha practicado, como es la negociación con los
demás grupos políticos.
Hasta el presente la práctica habitual del alcalde ha sido ignorar las
propuestas y peticiones de la oposición, el retraso en la entrega de la
información solicitada, cuando no la negativa de la misma, aplicando el
silencio o lo que es lo mismo, la no respuesta. Como decía aquel entrenador
argentino de fútbol, “al enemigo, ni agua”.