Según el Informe de Evaluación, redactado y firmado
por el interventor, la conclusión es tajante y meridiana: Durante el ejercicio de 2012 el Ayuntamiento de Muskiz ha incurrido en
un desequilibrio presupuestario de 985.084,55 euros, casi un millón de
euros, lo que supone un déficit del 6,99%.
El máximo permitido es del 4,39%. Nuestro ayuntamiento ha incumplido el
objetivo de estabilidad presupuestaria.
Además el interventor en este informe insiste y “pone de manifiesto la necesidad de realizar
un presupuesto anual más ajustado a la realidad entre ingresos y gastos
ordinarios”, y denuncia que “la
ejecución del gasto de carácter periódico no va en consonancia con las
previsiones de ingresos”.
Esta situación de gasto ordinario sin control la
venimos arrastrando desde hace varios años. La hemos denunciado en repetidas
ocasiones y también la denunciaba el actual alcalde cuando estaba en la
oposición, pero ahora hace todo lo contrario de lo que decía.
Hay quien puede pensar y decir, qué más da si tenemos dinero ahorrado en el
banco, pues no señor, ahora no da lo mismo, el tener déficit tiene mucha
importancia y la primera consecuencia es que vamos a tener que formular, como
dice el interventor, “un plan
económico-financiero para alcanzar en un año el objetivo de estabilidad” y
nuestras cuentas van a estar intervenidas durante el año 2013, sí así como
suena, intervenidas. Igual que en Grecia y que en Portugal.
Gastar sin ton ni son, por encima de las
posibilidades es muy populista y te dan muchas palmadas en el hombro, pero es
un tobogán que puede llevar a la quiebra a las cuentas municipales. Como dice
el lehendakari Urkullu, “no se puede
vivir por encima de nuestras posibilidades” y aquí lo venimos haciendo año
tras año. Este es el resultado de una gestión de manirroto.