Ayer, jueves 4 de mayo de 2016, entre las 8.00 y las 11.00, tuvimos que soportar de nuevo el ataque “refinero” de olores apestosos, esta vez transportados dentro de una nube negra y espesa, que arrastrada por la brisa matinal llegó hasta la playa.
Una vez más los datos recogidos en la cabina de San Julián confirman nuestras sospechas (?), más que fundadas. Aquí van las curvas que recogen los picos producidos ayer en el intervalo horario citado.
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