Son muchos en periódo electoral. Actúan de noche. Nocturnidad, premeditación y alevosía. Ni a ellos mismos les gusta lo que hacen, ya que en caso contrario lo harían a la luz del día. Se sienten avergonzados. No se atreven. Actúan de manera cobarde.
Están extendidos por todo el pueblo. Ningún barrio es ajeno a sus correrías nocturnas. Son muy selectivos para las víctimas de sus hechos. Analizando contra qué carteles trabajan, qué papeles arrancan y cuáles gozan de su indulto, se puede deducir fácilmente para qué siglas trabajan. Ni mucho menos queremos significar que los responsables de esas siglas comparten esos hechos, pero…cui prodest?
La libertad de expresión es un derecho reconocido y protegido en cualquier sociedad democrática, pero estos bárbaros parecen desconocerlo o conculcarlo a sabiendas. Nos parece que sus acciones rezuman un cierto subconsciente freudiano fascistizoide. Deberían hacérselo mirar. Así en las próximas elecciones no tendremos que gastar papel y destrozar árboles para reponer lo que nos quitan.
